“Tú no
necesitas ninguna razón para sentirte bien. Tú estás vivo. Puedes sentirte bien
sin ninguna razón”
Es importante conocer que cualquier cosa en la que nos focalicemos se convertirá en nuestra idea de realidad. Pero el foco no es ciertamente la realidad, es solamente una visión sesgada de la misma, una porción de nuestro mundo.
Sin embargo, focalizar es concentrar nuestro
poder. La gente no adivina la enorme capacidad que podemos alcanzar de forma
inmediata cuando enfocamos todos nuestros recursos en conseguir los resultados
que esperamos.
Este principio no sólo es aplicable a nuestra vida personal, sino que es la clave para el funcionamiento y mejora de todo tipo de negocios y organizaciones. Es la piedra filosofal de la mejora continua en el ámbito empresarial y personal. Si quieres conseguir resultados tienes que enfocarte en pocas iniciativas, en pocas posibilidades, ya sean respecto al tipo de producto que ofrecer, las estrategias a implementar, o los aspectos a mejorar en nuestras vidas.
El
enfoque controlado es como un rayo láser capaz de cortar cualquier cosa que se
interponga en su camino. El secreto de Napoleón Bonaparte durante las
batallas era la de concentrar el esfuerzo de sus tropas en un punto concreto
del enemigo para debilitarlo mortalmente.
Una de
las razones por la que pocas personas alcanzan lo que realmente desean es porque
nunca dirigen su foco de atención hacia un punto concreto; nunca concentran su poder.
No llegan a dominar nada en particular.
Lo que es más preocupante es que durante el día nos focalizamos y ponemos mucho interés en cosas menores. Estamos todo el día preocupados en problemas que finalmente se solucionan de una manera sencilla, o en muchos casos, incluso no llegan a convertirse en verdaderos problemas.
Pero
nos cuesta cambiar el foco.
En ese sentido tenemos que actuar como los padres con sus hijos pequeños cuando están llorando. Haz que se enfoquen en otra cosa, y pasaran del llanto a la risa en poco tiempo.
Recuerdo
una historia que me ocurrió hace años en la Semana Santa de Sevilla. Estábamos
con unos amigos intentando llegar a ver una cofradía en un lugar que sabíamos
que nos iba a gustar.
Pero
finalmente no pudimos llegar a tiempo, y nos quedamos atrapados en un mar de
personas a la orilla misma de la esquina donde llegaba el paso. Uno de mis
amigos no salía de su enfado, y nos recordaba una y otra vez porque no habíamos
corrido más.
Enojado
como mi amigo por lo que me estaba perdiendo, miré a mi mujer para ver su
reacción. Y para mi sorpresa ella parecía encantada. Cuando le pregunté, ella me
recordaba la belleza del momento. La preciosa música sonaba, el olor a incienso
y azahar que inundaba la calle, la suave temperatura, la brisa de aquella tarde,
la emoción de la gente que se agolpaba para verlo….
Yo
había estado enfocado en la desgracia de no llegar a tiempo y no poder ver la
cofradía como esperamos, y debido a eso no estaba disfrutando del momento como
muchas personas que estaban allí.
Ni que
decir tiene que mi amigo siguió tota la tarde enfocado en su desgracia. Yo por
el contrario, comenzaba a disfrutar de aquella maravillosa tarde de primavera.
Cambia tu foco! Cambia de vida!
Os dejo
con un regalo, un video de uno de los mayores genios que tenemos en nuestros
días, Anthony Robbins. En el video habla del poder de la focalización.
Un
privilegio poder escucharlo juntos
(Está con subtítulos en español)
Y nunca
te olvides, “Disfruta cada minuto, de cada hora, de cada día ,del resto de tu
vida